Cuantos quebraderos de cabeza le hubiese ahorrado a mucha madres este invento. Cierto es que nadie lo va a utilizar, por muy malos que sean los niños, no somos tan crueles, pero simplemente con ver el invento nos aparece una sonrisita malévola.
Es una creación de Jack Daws, el que imaginamos tiene un hijo que será un angelito. Para alegría de los peques no está a la venta así que seguiremos utilizando los método tradicionales. Vamos, que si el niño se sale lo volvermos a meter y listo.
Vía: No puedo creer