Como ha ocurrido con todo en esta vida, los restaurantes han cambiado mucho de un tiempo a esta parte, cambios que en muchos casos han sido para peor, sobre todo en la comida, donde se ha pasado a ofrecer comida más minimalista que en ocasiones hace que salgas con más hambre que cuando entraste.
Sobre este tema es sobre el que se ha centrado Leo Harlem para preparar este monólogo. En él hace un repaso por la evolución que han tenido, desde los cocineros hasta las personas que te tomaban la nota, sin dejar de lado la cantidad de la comida y sobre todo el nombre de los platos, donde todo el mundo tiende a cambiárselos. Por poner un ejemplo, al flan ya se le conoce como «tembladera de azúcar y hueco al golpe de calor en su espejo de caramelo».
