Se trata de un deporte nacional que antes se llamaba «ir al pueblo».
La diferencia es que si vas a tu pueblo es gratis, y si haces turismo rural vas a un pueblo que no es tuyo y pagando una pasta.
Para hacer turismo rural no vale cualquier pueblo.
Tiene que ser un pueblo «con encanto».
– ¿Y qué es un pueblo «con encanto»?
Pues un pueblo que sale en una Guía de pueblos «con encanto». Si es que se cae por su propio peso.
A estos pueblos se suele llegar a través de una carretera comarcal «con encanto», que es una carretera con tantos baches y tantas curvas que cuando llegas al pueblo estás «encantao» de bajarte.
Y cuando entras al bar intentas integrarte con los vecinos:
– ¡¡¡Buenos días, paisanos!!! ¿Qué es lo típico de aquí?
Y el del bar piensa: «Pues aquí lo típico es que vengan los gilipollas de la ciudad los fines de semana a dejarse doscientas mil pesetas».
Lo siguiente es alojarse en una casa rural o «casa con encanto»,que es una casa adornada con muchas vasijas yristras de ajos en el techo, que no tiene ni tele, ni radio, ni microondas.
Eso sí, tiene unos mosquitos trompeteros que por la noche hacen más ruido que una Derbi Coyote.
Luego te das cuenta de que los del pueblo viven en unas casas que no tienen ningún encanto, pero tienen jacuzzi, parabólica, Internet y portero automático.
Tu casa no tiene portero automático, pero tiene una llave que pesa medio kilo.
Otra ventaja que tiene hacer turismo rural es que puedes elegir entre una casa vacía o vivir con los dueños. ¡¡¡ Estupendo. !!!
Te vas de vacaciones y además de la tuya tienes que aguantar una familia postiza. Que por la noche tú quieres ver la película, ellos los documentales, y te planteas:
«¿Quién manda más, yo que he pagado 600 euros o este señor que vive aquí?».
Pues gana él, que tiene garrote.
Y encima te dicen que tienes la «posibilidad de integrarte en las labores del campo». Que quiere decir que te despiertan a las cinco de la mañana para ordeñar a una vaca. ¿No te jode? Es como si te vas a una gasolinera y te tienes que poner tú lagasolina, o como si vas a un McDonalds y tienes que recoger tú la bandeja. O sea lo normal.
Así que te levantas a las cinco para ordeñar a las vacas. Que digo yo:
¿Por qué hay que ordeñar a las vacas tan temprano? Si la leche está ahí.
¿No se pueden ordeñar después del aperitivo? Yo creo que esto es fastidiar por fastidiar, porque a la vaca le tiene que sentar como una patada en las ubres que la despierten a las cinco dela mañana para que le toque las tetas un extraño. Que la vaca te mira como diciendo:
– «Tío, si quieres leche vete a la nevera y coge un tetra brick». Es que son ganas de molestar.
Pero el «encanto» definitivo son las «actividades al aire libre». Como cuando te ponen a hacer senderismo, que es lo que habitualmente se llama andar, y consiste, pues eso, en poner un pie delante de otro hasta que no puedas más, mientras los del pueblo te adelantan en un todoterreno con aire acondicionado. Pero tú encantado. Vas por el campo como abducido.Te vuelves bucólico y todo te parece impresionante; ves una caca de vaca y sueltas:
– «Ummmmmh qué olor a pueblo».
¿A pueblo? A pueblo no, huele a mierda. Eso sí, a mierda «con encanto». Y todo,sea lo que sea, te sabe a gloria: en el mesón te ponen dos huevos fritos con chorizo y tú en tu ciudad no te comes estos huevos, ni estos chorizos. Y le dices al camarero:
– «Oiga ¿a qué este chorizo es de matanza?»
– «Pues casi, porque a punto estuvo de matarse en la curva el del camión de Campofrío».
De repente oyes unas campanadas y dices:
– «¡Ah!. ¡Qué paz!. No hay nada como el sonido de una campana.»
Y el del bar te dice: «¡Pero si está grabado! ¿No ves el altavoz del campanario?»
En ese momento te preguntas si los sonidos de las gallinas y de los grillos no vendrán en un CD: «Rural Mix2005», «Los 101 Mayores Éxitos campestres.»
De lo único que estás seguro es de que los mosquitos trompeteros son de verdad. Que pareces un Ferrero Roché con varicela. Yo creo que, de lunes a viernes, la gente de estos pueblos vive como todo el mundo, pero el fin de semana distribuyen por lacarretera a unos tíos disfrazados de pastores y cuando ven que se acerca un coche, avisan a los del pueblo con el móvil:
– «¡Eh, que vienen los del turismo rural!» Y cambian el cartel de «Videoclub» por el de «Tasca», sueltan unos perros cojos por las calles y sientan a la entrada del pueblo a dos abuelos haciendo alpargatas,que luego te compras unas y te salen máscaras que unas Nike.
En fin, yo creo que un montaje tan grande como éste no puede ser obra de personas aisladas. Estoy seguro de que estánimplicadas las autoridades. Me imagino al alcalde:
– «Queridos paisanos: este verano, para incrementar el turismo, vamos a importar más mosquitos del Amazonas, que el año pasado tuvieron mucho éxito.
Y quiero ver a todo el mundo con boina,nada de gorritas de Marlboro. ¡Y haced el favor de pintaros el entrecejo, que no parecéis de pueblo! Y las abuelas. Nada de top less en el río, que espantáis a los mosquitos. Ah, y por cierto: Este año no hace falta que nadie haga de tonto del pueblo. ¡Con los que vienen de fuera ya vale!
vía: barcodecolegas