Después de medio siglo de matrimonio, él muere, y al poco tiempo después ella también va a parar al cielo…
En el cielo, ella encuentra al marido y corre hasta donde él y le dice:
– ¡Queriiidoooooo! ¡Que bueno encontrarte!
Y él responde:
– ¡No me vengas con tonteras! El trato fue: «HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE«