El siguiente vídeo es la muestra de lo poco que se necesita para gastar una broma que haga cargarse por la bragas. Simplemente hay que poner en marcha la imaginación. Este joven decidió vestirse de Samara, una de los personajes que más terror puede dar. Se apostó al lado de una puerta y éste fue el resultado.
Creo que le voy a copiar la idea.