Muchos son los chistes que nos podemos encontrar sobre la creación de las cosas por parte de Dios y cómo en ocasiones pedía consejos a Eva y Adán cuando creaba algo nuevo.
Desde el principio de los tiempos las mujeres han tenido la habilidad de sacar de las casillas a los hombres, pero ya en aquellos tiempos eran capaces de desesperar incluso a nuestro creador, tal y como podréis leer en el siguiente chiste que os dejamos y que os servirá para comprender mejor de donde proceden los característicos colores de las cebras.
Terminó el Señor de hacer una nueva criatura, y como Eva andaba cerca la llamó para preguntarle su opinión.
-¿De qué color crees que debo pintarla?
-Blanca, desde luego -respondió ella-.
El Señor pintó de blanco a la nueva criatura, pero a Eva no le gustó.
-Bueno, seguramente se vería mejor negra.
El Señor le cambió el color a la criatura y la pintó de negro.
La miró Eva y dijo:
-Pensándolo bien, Señor, estaba mejor de blanco.
Volvió a pintar de blanco el Señor a la criatura, pero a Eva le pareció que después de todo no se veía tan bien.
-Píntala otra vez de negro.
Y así prosiguió la cosa durante un buen rato: Negro… Blanco… Blanco… Negro.
El Señor se impacientó. Ni Dios mismo pudo entender a la mujer… y la cebra aún menos.