El millonario excéntrico y la momia misteriosa

imagen humor momia egipcia

Cada vez que se descubre una momia en Egipto sus descubridores corren a lanzar hipótesis y ha realizar averiguaciones para determinar realmente a que personaje de la historia puede pertenecer ese hallazgo. En muchas ocasiones, a pesar de utilizar métodos de última tecnología, la información aportada no es 100% verídica.

Por desgracia, esto suele ocurrir en muchas ocasiones, sobre todo porque no utilizan los métodos adecuados. Sino lean el texto que os dejamos a continuación y verán como con el método adecuado se puede averiguar mucha más información acerca de la momia.

imagen humor momia egipcia

Un excéntrico millonario decide comprar una momia egipcia por la que le piden un millón de dólares, aunque como es lógico antes de hacer efectivo tan importante desembolso desea certificar su autenticidad. Para ello contrata a un equipo compuesto por los más prestigiosos egiptólogos estadounidenses que tras someterla a todo tipo de estudios, lo único que logran averiguar es que vivió entre el 2025 y el 1530 a.C.

Decepcionado por tan pobre resultado, vuelve a contratar a un nuevo grupo, en este caso integrado por los mejores científicos alemanes, los cuales tras finalizar una nueva batería de pruebas consiguen determinar que el personaje en cuestión vivió entre el 1845 y el 1620 a.C., pero sin aportar nada novedoso u original.

Nuevamente frustrado piensa que quizá sean los propios egipcios (que aunque cuentan con muchos menos medios técnicos supone que tendrán mucha mayor experiencia en este tipo de asuntos) los que puedan lograr lo hasta ahora no conseguido por sus colegas. Éstos, tras hacer pasar a la momia por los laboratorios del Museo de El Cairo y realizar los más complejos y meticulosos análisis comparativos con las depositadas en las mejores instituciones del país, le aseguran que procede de la antigua Tebas, pero ahí acaba todo.

Llegado a este punto (y cuando ya no se le ocurre ninguna otra alternativa), al dirigirse a la salida del Museo con el rostro mitad abatido por la impotencia, mitad congestionado por la frustración, ve que se le acerca un ordenanza quien le pregunta:

-Disculpe, señor, ¿realmente desea averiguar más datos sobre su momia?…

-Desde luego, ¿qué tengo que hacer?…

-Mire, vaya hasta la comisaría de la Policía Federal de México D.F. que le anoto en esta tarjeta, y pregunte por el Sargento Emiliano Córtex diciéndole que va de mi parte. Seguro que él le da respuesta a todas sus dudas.

Aunque con el lógico escepticismo, el hombre hace lo que le sugieren: llega hasta la dirección indicada, solicita ver al policía, y tras exponerle la situación le pregunta si en efecto él puede ayudarle.

-Déjeme la momia y vuelva dentro de un par de días…

Cuarenta y ocho horas más tarde, el millonario, sin grandes esperanzas, visita nuevamente la comisaría:

-¿Y bien, cómo ha ido la cosa? ¿Logró averiguar algo más?…

El Sargento toma su bloc de notas, y tras echarle rápido un vistazo, le dice:

-Pues verá, la momia en cuestión pertenece al hasta ahora desconocido rey Apestatofis el Perverso, esposo de la reina Neferteta, y tío abuelo de Tutanpatón, quien gobernó entre los años 1692 y el 1683 a.C. Su reinado se caracterizó por los continuos conflictos producidos por sus excesos entre las mujeres de sus cortesanos, a las que seducía por las buenas o por las malas, justificando su comportamiento en que de niño sus padres le habían maltratado mucho. De hecho, en su depravación llegó hasta a violar a varias de sus hijas, motivo por el que la propia reina, compinchada con unos sacerdotes, tejió una conjura para acabar con su vida, hecho que se produjo una noche de luna llena en la que su esposa organizó una monumental fiesta en las afueras de palacio a orillas del Nilo, y en la que participaron casi un centenar de esclavas bellísimas y desnudas que tenían como objetivo entretenerle y hacerle bajar la guardia. Su consorte, que en tan trascendental momento lucía un original modelito del afamado modisto Perfilotis, le dio a beber de una preciosa copa del más fino alabastro y llena con el más exquisito de los vinos al que había añadido un poderoso pero indetectable veneno que…

El millonario no podía estar más atónito. Cuando por fin pudo articular palabra, interrumpió al Sargento:

-Pare, pare… ¿pero cómo logró averiguar todo esto?…

-Bueno, -contesta su interlocutor-, la verdad es que al principio nos costó un poquito que dijese las primeras palabras, pero en cuando le dimos las dos primeras hostias a la momia y la agarramos con fuerza de los huevos, enseguida empezó a largarlo todo…

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