Los chistes del tipo «Habia una vez…» son unos clásicos del que todo el mundo conoce alguno. Por muy malo que parecen ser, siempre terminan sacando a la gente alguna sonrisa.
Os dejamos un listado con varios chistes de este tipo:
Había una vez un hombre tan feo, pero tan feo, que cuando picaba cebolla hacía llorar a la cebolla.
Había una vez una mujer tan gorda, pero tan gorda, que cuando se pesaba, la balanza decía: Continuará…
Había una vez una tía tan fea, tan fea, tan fea, que su marido se la llevaba al trabajo para no tener que darle un beso de despedida.
Había una vez una mujer tan, tan gorda, que para darle el abrazo de año nuevo tenían que empezar desde septiembre.
Había una vez un hombre tan pequeño, tan pequeño, que en vez de viajar en metro, viajaba en centímetro.
Había una vez una olla que no quería ser olla, y fue olla a presión.
Había una vez una mujer tan fea, pero tan fea, que mandó su foto por e-mail y la detectó el «antivirus».
Había una vez una señora tan gorda, tan gorda, que su ángel de la guarda tenía que dormir en otro cuarto.
Había una vez un ratero, tan, pero tan tonto que cuando robaba una tienda, se llevaba los maniquíes para no dejar testigos.
Había una vez un chico tan obstinado, pero tan obstinado que se queria tirar de un edificio de 40 pisos y consiguió uno de 20, y se tiró 2 veces
Había una vez un chiste tan, pero tan malo que le pegaba a los chistes más pequeños.