Un joven que va por el parque con su Rothweiller y ver venir a una viejecita con un caniche. El joven piensa que va a reirse un rato y le dice a su perro:
– ¡Ataca!
El Rothweiller se avalanza sobre el caniche y el caniche se lo come de un bocado. El chico le pregunta la vieja:
– ¿Cómo ha podido su caniche comerse a mi Rothweiller de un bocado?
– Hijo mío, no sabes lo que me ha costado la cirugía estética del cocodrilo.