Después de ver este vídeo solo me queda pensar ¿que tipo de anestesia le han puesto a este chaval? Madre de Dios, yo no recuerdo nunca haber ido al dentista y tener alucinaciones de este tamaño. Ni que le hubiesen puesto setas líquidas en la inyección!
Ahora, más capullo es el padre, no solo por grabarlo, sino también por subirlo al You Tube. Juro solemnemente que nunca iré al dentista con alguien que tenga un teléfono móvil en su poder.
Vía: El perro flaco