Una de las pocas cosas malas que tienen las bodas son los familiares, amigos y demás allegados (invitados en general) que no saben controlarse cuando beben un poco de alcohol. Solo hace falta emocionarse un poquito de más y la tragedia llegará antes o después. Eso, unido a la consistencia de la carpa de baile puede resultar catastrófico.
Vía: Collegue Humor